Caritas
Internationalis
Asamblea General
Junio 2007
Discurso de
despedida del Presidente saliente, Denis Viénot
La vulnerabilidad y la repartición
En
este día en que mis funciones llegan a su fin, os ofrezco dos reflexiones.
La
vulnerabilidad de los pueblos es una causa de su debilidad, en las situaciones
de emergencia y la vida cotidiana. Los responsables de la acción humanitaria lo
saben muy bien, así como los agentes de pastoral social, los asalariados y
voluntarios de
Es
vulnerable una persona o un pueblo, que está expuesto a los golpes. Podría
poner numerosos ejemplos, pero me limitaré a los gritos de Karima, un niña
pakistaní, que no conmueven
¡La vida de muchas mujeres de regiones tradicionales de Pakistán
se encuentra bajo las amenazas de la tradición! Los hombres son los
propietarios de las mujeres y las castigan. Numerosas mujeres pakistaníes
tienen miedo a que las maten, quemándolas con keroseno o con aceite de cocina,
o a que desfiguren sus rostros arrojándoles ácidos, si nace la menor sospecha
de que han atentado al honor de la familia.
Son numerosas las tomas de
posición y publicaciones que abogan por
la defensa de los derechos de las mujeres en Pakistán. La Comisión nacional
Justicia y Paz publica numerosas listas de casos dramáticos. El Islam y la ley
no logran cambiar estas tradiciones. El primero concede derechos a las mujeres, pero las costumbres las degradan; la segunda es
inoperante, dado que el fundamentalismo extremo y creciente impide las
evoluciones. Pero el Islam permite, sin
embargo, que las mujeres accedan a ciertos derechos, en contra de la
tradición.
Caritas Pakistán es líder en Asia
en la investigación de la trata
de mujeres y niños. Y afirma que existe una laguna por lo que se refiere a la
lucha contra estas prácticas. Se ha de elaborar una legislación que tienda a
individuar las víctimas y ayudarlas, así
como para el campo de la corrupción.
La ONU dispone de estadísticas que muestran que la corrupción en
el campo público es sobre todo cuestión de policías y aduaneros en América
Latina, en África, en Estados Unidos, en Australia y en Europa del Este, y de
responsables políticos y de otros tipos de funcionarios en Asia y en Europa
Occidental. La corrupción constituye un obstáculo al desarrollo económico y
social, tanto en los países ricos como en los países pobres. La malversación de
fondos de los presupuestos públicos disminuye los medios de acción y contribuye
a que, en los países pobres, las infraestructuras públicas, las carreteras,
escuelas o servicios de sanidad, se encuentren en condiciones lamentables.
Además de los aspectos reprensibles en materia de ética personal,
en el plano de la ética social
es anormal e injusto que los pobres no tengan acceso a sus derechos, a
no ser que paguen de forma ilegal. Tienen mucha necesidad de servicios públicos
que el estado no les puede financiar. La corrupción es una perversión, y
algunos no dudan en afirmar que es un crimen contra la humanidad, por sus
repercusiones en los más pobres.
El
Lázaro del Evangelio sufre también las consecuencia de una repartición
imperfecta. Es necesario compartir para obstaculizar la mala distribución de
las riquezas, que con frecuencia crea pobreza. Sabemos muy bien qué fríos son,
a nivel internacional, los estados ricos – es decir la sociedad, los ciudadanos. Por ejemplo, cuán indecisos se
muestran cuando se trata de destinar el 0,7% a la ayuda pública al desarrollo,
que es un porcentaje ridículo y que, además, pocas veces se logra. En las
sociedades, ricas o pobres, las quejas contra los impuestos y las deducciones
obligatorias muestran el egoísmo.
Y
De
forma más general, en todas nuestras sociedades, la repartición, ante la mala
distribución de los ingresos y la mala distribución del capital, es una de las
cuestiones clave para el cristiano y para el agente de pastoral social. “Nuestro pan cotidiano dánoslo hoy”. Se
trata de “nuestro pan”, “un” pan
para
La
pobreza tiene causas externas e internas a la persona, internas y externas a
Los
instrumentos de la solidaridad de la sociedad son diversos: leyes justas,
colegios, sanidad, cuidado de los más necesitados, trabajo, etc.
Pero
estos instrumentos, para que sean eficaces y justos, se han
de fundar en una repartición concreta. La repartición es un instrumento
y un principio de vida. Porque asistimos a la acumulación escandalosa de la
riqueza, en personas y pueblos, indiferentes a toda forma de templanza en el
paroxismo del consumo. ¿Dónde está la
toma de conciencia sobre las cuestiones del medio ambiente, la justicia
ecológica, cuando los grandes consumidores son los autores de las injusticias y
de los engranajes mortíferos?
La
vulnerabilidad para hacer retroceder.
La
repartición para hacer crecer.
Son
dos apuestas de Caritas Internationalis.
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